6 abril, 2021

Capilla Virgen de Gracia

Capilla Virgen de Gracia

La introducción del culto a la Virgen de Gracia en la antigua diócesis de Segorbe es muy antigua, documentándose ya en el siglo XIII en muchas de sus poblaciones. La tradición dice que la imagen de la Virgen había sido un regalo del Papa Luna, que la tenía en su oratorio, a los reyes de Aragón en Zaragoza, quienes más tarde la regalaron al duque de Segorbe.

La capilla original fue mandada construir hacia 1499 en la iglesia de San Pedro por Enrique de Aragón y Pimentel, el Infante Fortuna, en tiempos del segundo mandato del obispo Bartolomé Martí. Contaba con sacristía propia y patio, al que tenía salida, cerrándose la comunicación con la iglesia, el gran arco que ha salido con la intervención, con una rejería. Para ese lugar, el mismo Infante pintó, según la tradición, un retablo al óleo con la escena de Jesús con la cruz a cuestas, que sería venerado con el título de Nuestra Señora de los Dolores.

A mediados del siglo XVII, desentendiéndose los duques de su patronato, éste pasaría poco a poco a la ciudad. A partir de ese momento, hacia el tercer cuarto de siglo, dicho espacio cuadrangular se estructura arquitectónicamente a la manera barroca, se cubre con cúpula y se decora con tallas en los capiteles. Dicha actuación se debe al taller del arquitecto Juan Pérez Castiel, que también incorpora el excepcional escudo municipal entre hojarascas que debía de estar ubicado en un atrio cubierto orientado al patio.

Durante la invasión francesa, la capilla se convirtió en bodega y la Virgen de Gracia fue ocultada por dos hermanos: Ramón Miguel y Vicente Ferrer y Larrea, con la ayuda del capellán Manuel Escorihuela.

El 28 de junio de 1882 se bendijo solemnemente la restauración y ampliación de la capilla, a la que se le incorporó la nave a cargo de su patrono, el Ayuntamiento. De acuerdo con la autoridad eclesiástica, se abrió nuevamente el arco de comunicación entre la capilla y San Pedro –cerrado tras la desamortización, a mediados del siglo XIX–, colocando en la misma el sagrario y los confesionarios, empleándose a modo de capilla de Comunión.

La Caja de Ahorros de Segorbe la tenía como patrona junto a San Francisco de Asís, celebrando su fiesta el 1 de noviembre.

Durante la Guerra Civil la capilla fue expoliada y la imagen fue robada. En el Museo Catedralicio de Segorbe se conserva una réplica de pequeño tamaño de finales del siglo XIX.