Los garroteros
A finales del siglo XIX Serapio Martínez, un tornero segorbino, fabricó unos garrotes que vendió con éxito en las ferias de Llíria y Cedrillas. La aceptación del producto hizo que fuera secundado por otros familiares, también torneros. Nacía así la garrotería y bastonería segorbina, la industria artesana más significativa de la localidad, pero también la más moderna.
El tradicional garrote segorbino es de madera pelada de almez y decoración soflamada, aunque hacia 1930 ya se fabrican muletillas y bastones más elaborados en castaño, bambú, junco de Manila, …
El taller del garrotero, representado en la exposición, es sumamente sencillo. Originariamente se ubicaba en la parte baja de las viviendas del propio artesano donde destacaba un horno árabe de pequeñas dimensiones. En un principio se utilizaban los hornos de pan, pero al crecer la producción se construyeron hornos propios en el interior de los talleres y se empleaba la madera sobrante como leña. Muy próximo al horno se sitúan el malacate o parador y la curvadora. El primero es un torno vertical que consta de un eje fijo al suelo y un ángulo de hierro regulable. Con él se enderezan las varas de madera. Tradicionalmente eran de madera de albaricoquero. La curvadora sirve para dar forma en caliente a la empuñadura de los garrotes; es metálica y posee diferentes moldes según el tamaño y calibre de la pieza. Para el cepillado y lijado se utiliza un cepillo de carpintero, un escarpelo o escotadora y una lija. En la exposición se muestran la materia prima y los diferentes estados de fabricación de los garrotes además de los instrumentos y materiales empleados en el proceso.
Los artesanos de la madera
Los carpinteros segorbinos han ejercitado el oficio en un sentido amplio. Se han dedicado a fabricar todo tipo de objetos, desde mobiliario hasta utillaje agrícola, y se han distribuido en diferentes oficios especializados: ebanistas, torneros, silleros, aladreros, garroteros, …. El oficio se encuentra documentado en el siglo XVI y en el siglo XIX se nombra como gremio en la procesión del Corpus portando la imagen de su patrón San José.
Aladreros
Con el nombre de aladreros se conocen en la comarca del Alto Palancia a los artesanos dedicados a la fabricación de arados, trillos, horcas, palas y mangos para hoces, azadas y todo tipo de utillaje agrícola. El aladro es el arado romano de pértiga doble que utiliza la fuerza de un solo animal, generalmente fabricado en madera de latonero o almez. El aladrero seleccionaba las ramas y troncos de almez y, antes de cortarlos, iba curvándolos en el propio árbol para hacer los timones y la cama, en el caso de que fuera de una sola pieza. De igual manera se procedía para fabricar el dental y la esteva. Las varas adecuadas solían tener unos 10 cm. de grosor, dimensión que se conseguía en los brotes de 6 años.
Entre enero y febrero se cortaba y procedía al pelado y curado de la madera. Un herrero fabricaba la reja, las abrazaderas, las anillas y los tornillos. Utilizaba las herramientas propias del carpintero: hacha, podón, azuela, sierra, barrenas, mazo, martillo y llaves.
Torneros
Los torneros aparecen como la evolución lógica de los aladreros, aunque muy ligados a los ebanistas y carpinteros. Fabricaban sillas, barrotes, catres y, de manera muy especial, dulzainas y birlos o bolos. Sus herramientas son el torno, la sierra, la cepilladora y la lijadora, las gubias, las limas y otros objetos cortantes. Utilizaban la madera de almez y pino en los trabajos más corrientes; haya y roble, en los de mayor calidad. En la sala se muestra una amplia selección de útiles empleados en las labores agrícolas y en la construcción así como las herramientas empleadas para el trabajo de la madera.